14 de agosto de 2007

Los que critican y nada hacen ...

Desperto en el pasaje que se forma entre la tienda y la lavanderia. El dia parecia mas claro de lo normal , era verano . El sol? pues claro que era el sol , pero algo en aquel dia lo hacia brillar mas que los demas. La vida en un camino se deslizaba con los pies al viento , dejandose llevar por la simplicidad de las cosas. No queria levantarse. Siempre levantarse . Levantarse sugiere siempre dejar algo atras . Algo malo , algo bueno ? nunca se sabe, pero cuando dejamos el lecho para enfrentar el nuevo dia , ahi queda un pensamiento, y entre las sabanas, se desintegra conforme pasa el tiempo , hasta que queda en solo una idea , un suspiro.
Levantate que el tiempo corre!- su consciencia llamaba.
Miro a su alrededor. El camion de la basura todavia no hacia su clasico recorrido matutino y el pasaje , repleto de bolsas de basura, apestaba como si el camion de la basura jamas hubiese pasado.
El hedor termino por hacerlo levantarse.
En la calle, la vida transcurria normalmente. Los hipnotizados transeuntes continuaban su camino a sus casas , trabajos o donde fuera que fueran, pero sus caras no denotaban ni una pisca de buen humor. Como si al salir a la calle entraran en el lugar mas triste del mundo, o a lo mejor simplemente veian reflejada en el asfalto sus mayores preocupaciones . Aunque , realmente la calle , no es precisamente un lugar donde uno se establece, sino mas bien la calle seria la coneccion entre los diferente lugares que visitaremos durante el dia . En la calle no se hace nada , solo ir hacia otro lugar, por lo menos, la mayoria de la gente no se para en la mitad de la calle a tomarse un cafe , o a jugar a las cartas, simplemente sigue su camino y nunca para hasta llegar , a su destino final, y a lo mejor esa preocupacion , ese urgimiento por arrivar rapidamente al lugar de destino es lo que tenia a los caminantes con esas facetas de melancolia.
El dia era mas claro de lo normal. Algo parecia haber cambiado. Bueno, lo mas extraño es que aun no se preguntaba porque es que se habia despertado en aquel pasaje tan , abandonado . Le habia sucedido antes , porque regularmente solia tener problemas con su sueño . Y no los sueños de las cosas que uno genera en su mente mientras uno duerme , sino simplemente , le sucedia que en noches cuando cerrraba los ojos y los volvia a abrir despertaba en la casa de algun familiar o de sus amigos. Pero nunca habia despertado en un lugar que nunca hubiera visitado, y que ni siquiera conocia. Tampoco podia recordar ningun hecho que lo pudiera haber traido hasta ese lugar en ningun momento. En verdad no podia pensar nada , y es que cuando uno tiene sueño cuesta pensar en las cosas.
Emprendio su camino calle abajo . Un perro paso a su lado, tenia puesto uno de esos chalecos que le compra la gente a sus mascotas. Que idiotez mas grande - Penso- Aun estamos en verano y la gente ya comienza a vestir a sus perros, como pidiendo que el invierno arrive antes para que nos muramos de frio. No comprendo a la gente.
Como por arte de magia, la mujer que llevaba al perro comenzo a desvanecerse lentamente hasta desaparecer . No quedo nada de ella . Ni un solo pelo . Como si jamas hubiese existido .
Y asi sucedio , cada vez que el muchacho pensaba algo que no le gustaba desaparecia , hasta que en toda la tierra no quedo nada , ni autos, ni politicos, ni supermerecados, ni siquiera de esos payasos que van a celebrar los cumpleaños , porque tampoco le gustaban . Nada le complacia.
Maldijo incluso el dia en que se levanto en ese pasaje , y el dia desaparecio del calendario. En ningun calendario volvio jamas a aparecer ese dia.
Sin nada mas que hacer desaparecer se sento en la verma del pasaje donde habia aparecido por primera vez y penso: " que inutil es la existencia si no hay nada que se pueda criticar"
Y su cuerpo se cuerpo se fue desvaneciendo , su piel se puso cada vez mas tenue, hasta que simplemente dejo de existir...

3 de agosto de 2007

El gato en la ventana

Uno de los gatos que vivió conmigo por algunos días se tiró por una ventana. Tuve que bajar a buscarlo y llevarlo de nuevo a la casa. Y unos días después me di cuenta de lo que pasaba. El gato, estaba parado en la misma ventana desde la que se tiró el otro día y miraba fijamente al organillero que se ponia cada tarde con su loro a tocar sus melodias a los mecanizados caminantes que por esos sectores circulaban en el día y, de vez en cuando, o sea cuando sentía que era el momento, hacia un movimiento como para lanzarse a disfrutar de la calle, que junto con la musica y los pequeños que se acercaban siempre terminaba convertido en una especie de remolino de jubilo y fascinasión.
Sé lo del organiero porque cuando se asomaba por otras ventanas desde las que no se veía se retiraba al instante. Ojalá no se quede esta vez , como pasa a veces con muchos, sólo mirando para siempre.